Diana Rubio
Estamos asistiendo a días en los que la política se hace protagonista debido a la cercanía de varios procesos electorales, dejando claro que el bipartidismo en España ha dado un paso atrás en favor de la representación múltiple, donde el pluralismo político toma mayor consciencia y demuestra la importancia de saber negociar y pactar por el bienestar de los electores, aunque a veces podamos tener la sensación de lo contrario.
Estas elecciones generales, se están caracterizando por un enfrentamiento continuo donde el street marketing ha encontrado su hueco (recuerden Falcon viajes y la gran lona con una ficticia conversación de Whastapp entre otros), haciendo trabajar mucho mas de lo habitual a la Junta Electoral Central.
Pero si por algo está destacando esta campaña, es por los eventos que conllevan su progreso, siendo los debates, los que marcan la agenda política y el debate de la opinión pública.
Estos eventos macropolíticos llevados a la televisión en hora de máxima audiencia, democratiza a través del infoentretenimiento el conocimiento de los cabezas de lista de las cuatro formaciones principales con representación (recordemos que no se admitió la participación de Vox y su líder en este tipo de eventos, pero que han respondido con otros, como los mítines donde llenan plazas de toros y salas varias).
Creo que en los debates se ha dejado entrever la importancia de llevar una estrategia coordinada y de contar con candidatos acostumbrados al enfrentamiento, la confrontación y la improvisación, a lo que se deberá añadir una buena dosis de elocuencia a través de la oratoria y algo de control en su comunicación no verbal, aspecto que creo, ha quedado mas al descubierto en los debates contiguos de los que hemos sido testigos.
Una escenografía futurista, donde la trasera distraía mas de lo que se esperaba, con unos atriles bajo mi punto de vista bastante incómodos que dejaban entrever todo el cuerpo de los candidatos, en esa manía de hacer que participen en los debates en pie.
Estos eventos también han mostrado una realidad a la sociedad española: la política sigue siendo cosa de hombres. Los asesores de los políticos o spin doctors, siguen siendo hombres en un 90%, dejando el papel de las consultoras a un porcentaje residual. En el primer debate, ninguna mujer asesora acompañaba. Para el segundo y tras analizar cada partido los tuits que recorrieron el ciberespacio durante el primero de los dos celebrados, los candidatos se acompañaron al menos de una mujer en el equipo. Con este aspecto, llego a la conclusión una vez mas y esta vez con argumentos de peso, de la necesidad de una mayor visibilidad de las mujeres que nos dedicamos a esta profesión.
El protocolo también estuvo presente o mejor dicho semi-presente en los dos debates, donde los recibimientos por parte de los directivos de ambas cadenas de televisión fueron correctas en forma pero no en tono, siendo la foto posterior el único resquicio de esta herramienta de comunicación. Si hablamos de las fotos de familia en plató, para ellas siguieron la coherencia de la colocación según el orden de los atriles de cada candidato. Si hablamos de los comportamientos de los candidatos, creo que la falta de educación y respeto son armas de destrucción comunicacional aunque formen parte de una estrategia.
La vestimenta ha sido algo resaltar, el maquillaje creo que en ambos debates era bastante mejorable; mientras que tres de los candidatos optaron por trajes de chaqueta azul oscuro (los que mejor imagen dan en televisión) con camisas de color claro y corbatas azules, rojas o con formas (Rivera en el primero llevó una corbata de estilo moaré poco recomendado para la televisión), el candidato Iglesias siguió en el primer debate fiel a su estilo, el cual cambió para el segundo no sin dar un mensaje no verbal con la indumentaria elegida: un jersey negro (que estuvo manchado de polvos sueltos del maquillaje durante todo el debate) de la marca 198 Revolt clothing, conocida por realizar la camiseta de la selección española con la bandera de la república, sistema político con el que se identifican en su identidad de marca.
Los eventos políticos se demuestra una vez mas que tienen mucho que decir en las campañas electorales. Concretamente los debates, nos han enseñado que son necesarios para la democratización del conocimiento, que pueden marcar todo un agenda setting, que demuestran la importancia de lo transmedia y lo paralelo que la red va acogiendo, que enseñan patrones sociales impacientes por un cambio mas que necesario y que se hace indispensable la formación y experiencia en organización de eventos , audiovisuales, comunicación y protocolo, todos en su mas amplio sentido, para poder llevarlos a cabo de manera exitosa, ya que son marco de la transmisión de mensajes, estrategias y parte del trasfondo del futuro gobierno de nuestro país.
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